Salta al contenido principal

Tema 4.- REALIZACIÓN DE ACTIVIDADES BÁSICAS DE LA EDUCACIÓN E INTERPRETACIÓN AMBIENTAL

2. Técnicas de trabajo en educación e interpretación ambiental

2.3. Propuestas de actividades de educación e interpretación ambiental

Observación directa y conocimiento del medio

Los programas de educación ambiental siempre incluyen entre sus objetivos la transmisión y aclaración de conocimientos y conceptos. Para lograrlo, es fundamental que la información sea ofrecida de un modo ameno, motivador y creativo.

Las llamadas técnicas de observación del medio son un conjunto de herramientas encaminadas a inducir un acercamiento al conocimiento de los elementos y procesos de la naturaleza, intentando utilizar para ello una metodología respetuosa, participativa, directa y amena. En muchos casos, estas técnicas están basadas en el autodescubrimiento y el contacto directo de las personas destinatarias con su entorno inmediato.

Es fundamental llevarlas a cabo de modo paralelo a otro tipo de técnicas de sensibilización o de

carácter lúdico, que veremos más adelante. Las técnicas de observación y conocimiento adquieren su máxima significación y eficacia cuando son desarrolladas en un contexto diverso de otras técnicas y metodologías, conformando así un verdadero programa de educación ambiental.

Conseguir ese ambiente ameno y motivador del que hablábamos antes no siempre es fácil, hay que intentar crear vínculos que hagan que las personas se interesen por lo que les rodea e incluso soliciten información acerca de los valores del lugar. Crear experiencias que inciten la curiosidad por descubrir la complejidad y riqueza natural que entraña un bosque, una playa, un arroyo o incluso unos prados con pequeñas hierbas, por ejemplo.




Para lograr ese anhelado acercamiento al medio de las personas participantes, existen múltiples posibilidades:

  • La construcción y utilización de refugios para la observación de la fauna.
  • La grabación e identificación de los sonidos de la naturaleza.
  • La recolección de setas comestibles.
  • La identificación de plantas medicinales.
  • La observación de constelaciones en el cielo.
  • La observación de la naturaleza cambiante a lo largo de las estaciones o los contrastes entre la noche y el día.
  • La búsqueda de fósiles.
  • El anillamiento de aves.
  • La identificación de las huellas, rastros y señales que deja la fauna.

Juegos o actividades lúdicas

El juego es siempre una actividad que permite ir conociendo los objetos y las relaciones humanas. Existe una fuerte conexión entre el juego y la comprensión del mundo. Gracias a la imaginación del juego, se transforma la realidad pero no para evadirse de ella, sino para acercarse y penetrar en el mundo que nos rodea: asumiendo la función de otro personaje (ser otra persona o un animal) y  otorgando un sentido diferente a los objetos (un palo puede transformarse en una espada).

Al trabajar con el juego se evidencia el sistema de valores propio de las personas participantes, eso ofrece la posibilidad de que contrasten ideas y reflexionen.

Inicialmente los adultos pueden presentar actitudes de cierto rechazo ante el juego, inseguridad o sensación de ridículo pero si se planifican de una forma adecuada y gradual se puede superar esa primera sensación y conseguir una importante implicación. Con los juegos un grupo de adultos se encontrará más desinhibido, relajado y motivado y con ello se implicará de una forma más activa y participativa en todas las actividades del recorrido.

El juego, para que sea útil en una actividad de EA o IA, debe estar convenientemente planificado, debe realizarse en el momento y la situación adecuada y contar con los recursos humanos y materiales necesarios para que no resulte un fracaso. La propia experiencia permitirá ir modificando progresivamente los juegos para adaptarlos a las necesidades.




Dentro de lo que se denomina actividad lúdica, se dan multitud de alternativas: unas pueden ser verbales (canciones, adivinanzas), otras manipulativas (lanzar objetos, dibujar), otras pueden ser corporales (correr, saltar), otras pueden ser dramáticas y sociales (representar un personaje). Cada una de ellas tiene su importancia educativa y la mayoría se basan o mezclan varias de estas opciones, por lo que es importante tener en cuenta, a la hora de planificarlas, que hay una serie de conductas o requisitos previos y habilidades que deben haberse aprendido con anterioridad.

Sensibilización

Nuestros sentidos son los que nos ayudan a relacionarnos con el mundo que nos rodea. Permiten que nos comuniquemos, nos informan de los cambios en nuestro entorno y nos mantienen en estado de alerta. 

La vida en el medio urbano, apenas dependiente de los factores ambientales, nos ha convertido en un animal hermético a miles de sensaciones que proceden del exterior. Si uno se para a pensar un poco, disfrutar un amanecer no es limitarse a ver salir el sol.

Dado que la educación ambiental busca establecer relaciones profundas de respeto entre el ser humano y su medio ambiente, parece lógico dirigir los esfuerzos a fomentar el uso de los sentidos, con la intención de propiciar un contacto real y profundo con la naturaleza.




La sensibilización ocupa un lugar prioritario entre los objetivos de la EA y muchos profesionales la consideran una herramienta mucho más eficaz a la hora de provocar cambios actitudinales que la mera transmisión de conocimientos. Es mucho más importante y útil de cara a la conservación el apreciar los valores estéticos de, por ejemplo, una planta aromática con su olor que saber de qué especie se trata o cual es su distribución geográfica.

Las actividades, denominadas de sensibilización, pretenden precisamente favorecer y educar en el uso de los sentidos. Normalmente, la técnica se basa en bloquear un sentido concreto, como la vista, dejando al resto en estado de percepción. Eso permite la identificación de numerosos estímulos que en otras condiciones pasarían desapercibidos. El disfrute en el plano sensorial invita a la gente a conocer con más profundidad aquello que se está tratando.

Es una forma de fomentar la participación y aumentar los canales de información de estas personas.

En definitiva, puede decirse que la misión de estas técnicas, no es mostrar la vida como algo que hay que mirar desde lejos con un respeto sublime, sino como algo que hay que tocar, oler, oír, en definitiva, sentir de una manera crítica e inteligente.

Itinerarios y rutas

El itinerario educativo o interpretativo guiado es un recorrido que realiza un grupo de personas, acompañado por un guía, educador o intérprete. Éste entrega de forma verbal información sobre los rasgos o elementos más característicos del lugar, al tiempo que estimula al grupo a la participación y al uso de sus sentidos.

El tamaño del grupo tendrá gran incidencia en la calidad de la experiencia. Para ser efectivos, el número de personas que lo componen no debería ser nunca superior a 20, siendo el número ideal entre 10 y 15.

La programación de este tipo de actividades es fundamental, ya que es un servicio que necesita una gestión y coordinación que contemple la demanda, el tiempo disponible y la modalidad elegida. Además será necesario contemplar actividades alternativas por si la climatología u otros problemas impiden su realización.

Al tratarse de una actividad guiada, es obvio que debe adaptarse a las necesidades y características del grupo a la vez que se favorece un intercambio de información con el mismo.

Existen tres modelos básicos de itinerarios guiados:

  • Itinerario general: El educador desarrolla una ruta entre inicio y fin sin estructurar paradas o actividades determinadas, que irán surgiendo de acuerdo a las motivaciones del grupo y lo que el camino pueda ofrecer.

  • Itinerario temático: Se ha fijado con antelación el tema a tratar, las paradas y las actividades a desarrollar en cada una de ellas desde el comienzo al final del recorrido.
  • Itinerario específico: Se orienta a satisfacer intereses especiales del público, por ejemplo sobre ornitología, o geología. El guía debe conocer bien la materia y cuenta con material especializado (guías, instrumentos ópticos, cartografía, etc.).

También se puede hacer una clasificación en función del vehículo en el que se realice el itinerario:

rutas peatonales guiadas, en vehículos motorizados (coches, barcas...) organizados según un calendario y horario determinado o en vehículos no motorizados (a caballo, en bicicleta, en canoa,...)

 A la hora de diseñar un itinerario guiado,  hay cuatro fases o partes que es necesario tener en consideración:

1. Preparación

Realizar el recorrido para comprobar el estado del terreno y la aparición de nuevos circunstancias durante el trayecto. Establecer medidas de seguridad como el botiquín. Usar ropa y calzado adecuados al lugar y las condiciones meteorológicas.

 

2. Antes de la partida

Acudir al punto de encuentro con el público, con suficiente adelanto e independientemente de las condiciones atmosféricas. Recibir, saludar, presentarse y charlar informalmente con el público que vaya llegando. Comenzar a la hora establecida presentando la actividad, explicar al grupo a dónde se irá, qué se hará y cuál será la hora de regreso. También debe informarse sobre las normas establecidas y los requerimientos físicos básicos para realizar la ruta y dónde termina el itinerario. Hacer consideraciones sobre la ropa, el calzado y las cuestiones relativas a la seguridad (sitios o animales peligrosos, alergia a picaduras o al sol, etc.). Hasta este momento, el público cuenta con la posibilidad de decidir si desea o no realizar el itinerario.

3. Durante el itinerario

Antes de comenzar con la introducción puede trasladarse al grupo al lugar de comienzo del itinerario. Esta acción tiene el interés de actuar a modo de transición psicológica entre las distracciones del punto de encuentro y el itinerario en sí mismo.  La introducción tiene como objetivos crear interés, orientar hacia el tema y establecer el marco conceptual. Posteriormente, durante el recorrido por el itinerario, se desarrollará el tema o contenidos previstos.

A continuación vemos unos aspectos básicos durante la conducción de grupo que el guía o educador debe tener en cuenta:




4. Conclusión del itinerario

La actividad tiene que terminar con una conclusión definida que enfatice el mensaje. Esto debe ocurrir coincidiendo con la última parada, reforzando los temas tratados y resumiendo el itinerario. Hay que dar la posibilidad de hacer preguntas y responderlas, también hacer preguntas al grupo con fines evaluativos sobre la actividad. Charlar informalmente antes de la despedida y dar las gracias en nombre propio y en el de la institución.

 

Simulaciones

Los problemas ambientales suelen ser complejos y difíciles de abordar tanto desde el punto de vista de la gestión como de la comunicación. En ellos se dan cita múltiples intereses y relaciones, interviniendo factores culturales, biológicos, económicos y sociales que impiden comprenderlos con facilidad.

La herramienta educativa que más facilita la comprensión de estas situaciones ambientales es el juego de simulación de roles o personajes que tienen que asumir las personas participantes. Con ello, se consigue simplificar una realidad compleja con la creación de modelos asequibles, en los que se pone en cuestión su sistema de valores y les permite entrenarse en la toma de decisiones.

La implicación activa y completa de las personas en la simulación no tiene ninguna repercusión directa sobre la realidad de las situaciones con las que se trabaja.

Algunas de las ventajas que tiene el uso de la simulación en EA son:

  • Reducir la complejidad de una situación a una escala manejable.
  • Crear buenas situaciones de aprendizaje.
  • Facilitar una visión del sistema en su globalidad.
  • Permitir la actuación en situaciones que, de otra manera, serían inaccesibles.
  • Trabajar la tolerancia a través de la comprensión de las ideas de los otros.
  • Introducirse en la problemática real sobre la que se plantea el juego.
  • Desarrollar el espíritu crítico y el trabajo en grupo.
  • Desarrollar la capacidad de expresión y la participación.

Demostraciones

En general, las demostraciones se usan en una actividad de EA que trata sobre un entorno de interés etnográfico. Requieren la aplicación de habilidades concretas y específicas tales como la elaboración de diferentes formas de artesanías, fabricación de instrumentos, manufacturas, trabajos tradicionales, etc. Sin duda, muchas de estas actividades forman parte de las formas de vivir o trabajar de un lugar y constituyen uno de los aspectos más interesantes de cara al acercamiento del público a dicho espacio.

No obstante, también es una buena idea extrapolable a la realización de determinadas actividades de interés en el campo de la conservación del patrimonio, como sería el caso del anillamiento de aves, las excavaciones arqueológicas, la repoblación con especies autóctonas, etc.

 Las demostraciones representan un instrumento muy valioso para el educador porque siempre resulta más eficaz a nivel de comunicación que las personas participantes puedan ver y vivir de forma directa como se realiza una cierta actividad u oficio tradicional que limitarse a oírlo. Cuanto más les acerquemos a la realidad más motivados y receptivos se mostrarán.

La función del educador o el guía en este tipo de actividades es, sobre todo, de carácter motivador, intentando propiciar y facilitar la comunicación entre el público y el profesional que está realizando la demostración, fomentando la participación y la implicación plena en la actividad de cada una de las personas destinatarias.

 

Apoyo con exhibiciones y medios audiovisuales

Las exhibiciones, exposiciones y los programas audiovisuales son medios muy utilizados para comunicarse con el público general y los escolares, siendo habitual encontrarlos asociados a los centros de visitantes en espacios protegidos. Cuando están bien concebidos y realizados son ideales para gente que no dispone de tiempo para visitar toda un área o, simplemente, no le apetece hacerlo.

La planificación y realización de este tipo de presentaciones deben basarse tanto en los datos proporcionados por la ciencia y la investigación como en un conocimiento profundo sobre el público y sus necesidades.

Por definición, toda exhibición o audiovisual debería contar una historia por sí misma, es decir, se trata de una actividad autoguiada que no necesita personal de apoyo. No obstante, en algunas ocasiones el papel de un guía de apoyo a estos medios puede ser de interés para algunos grupos de destinatarios concretos o como complemento a la actividad para debatir o comentar aspectos.

 

Exhibiciones

Las exhibiciones son presentaciones tridimensionales, que combinan objetos reales o reconstrucciones con textos, medios gráficos o ilustrativos. Si se realizan demasiado aparatosas se corre el riesgo de que el mensaje, que es la finalidad de la exhibición, sea enmascarado por la espectacularidad del medio.

Realmente, el período promedio de atención ante un determinado elemento expositivo suele ser muy bajo, apenas unos segundos. Por ello, una exhibición debe estar bien diseñada para comunicar su mensaje independientemente del tiempo empleado en recorrerla.

El lenguaje debe ser sencillo, evitando tecnicismos y conceptos excesivamente complejos, nombres. Los textos han de ser breves y basados en frases cortas.

Toda exhibición debería ser participativa e invitar al público a manipular y actuar incluyendo elementos que permitan usar sus sentidos, ya que así se  involucra directamente a las personas visitantes.

 

Audiovisuales

Los programas audiovisuales más habituales suelen ser presentaciones digitales  en Powerpoint o películas de vídeo. El educador o guía en este tipo de actividades prepara al público para que pueda comprender mejor lo que se va a visualizar  y también desarrolla  algún tipo de actividad a posteriori en la que se recapitula la información tratada.

Una presentación apoyada con una charla, de entre 5 y 15 minutos, permite hacer algún comentario simple que estimule el interés del público o despierte su curiosidad. Es muy recomendable entablar una conversación informal con el público antes de comenzar la charla para conocer sus intereses o procedencia y dejar claro al público si quieren hacer comentarios durante o después de la presentación, pueden.