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ESCENARIOS CLIMÁTICOS

1. ESCENARIOS CLIMÁTICOS

Un "escenario climático" es una descripción coherente y consistente de cómo el sistema climático de la Tierra puede manifestarse en el futuro (IPCC, 2007). Son la base para la adopción de medidas adecuadas de adaptación y mitigación.

 

El conocimiento detallado de las condiciones climáticas actuales y la estimación de las proyecciones climáticas son elementos imprescindibles para llevar las evaluaciones de impactos y vulnerabilidad en los distintos sectores sensibles al cambio climático contemplados en el PNACC (Plan Nacional Adaptación Al Cambio Climático).

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) es la institución responsable de la coordinación y el desarrollo de este componente del Plan Nacional de Adaptación. Para ello, trabaja en estrecha coordinación con los grupos de investigación españoles más activos en este campo y con la Oficina Española de Cambio Climático (OECC).

 

Las proyecciones Escenarios- PNACC se ponen la libre disposición a través de:

http://www.aemet.es/ es/portal/serviciosclimaticos/cambio_climat

 

Además, la OECC, la Fundación Biodiversidad, AEMET y el CSIC, han desarrollado un Visor de escenarios de cambio climático que facilita la realización de consultas sobre el comportamiento proyectado de un amplio conjunto de variables, bajo distintos escenarios de cambio climático.

http://escenario s.adaptecca.es/

 

El visor de escenarios del cambio climático está orientado a facilitar la consulta de proyecciones regionalizadas de cambio climático para España, realizadas a partir de las proyecciones globales del Quinto Informe de Evaluación (AR5) del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático) en el marco de la iniciativa Escenarios- PNACC 2017. Esta iniciativa integra los resultados de distintos proyectos internacionales de regionalización dinámica y estadística como Euro-CORDEX y VALUE, con las proyecciones nacionales desarrolladas por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

En el AR5 se ha utilizado un conjunto nuevo de cuatro escenarios que sí consideran las políticas climáticas, las denominadas Sendas Representativas de Concentración o Trayectorias de Concentración Representativas (RCP, de sus siglas en inglés). Estos RCP se definen como escenarios que abarcan series temporales de emisiones y concentraciones de la gama completa de los GEI y aerosoles y gases químicamente activos, así como el uso del suelo y la cubierta terrestre. El término "representativa" significa que cada trayectoria de concentración ofrece uno de los muchos posibles escenarios que conducirían a las características específicas de fuerza radiactiva.  El término trayectoria hace énfasis en que únicamente son de interés los niveles de concentración a largo plazo, pero también indica el camino seguido a lo largo del tiempo para llegar al resultado en cuestión.

Se han definido 4 nuevos escenarios de emisión, las denominadas Trayectorias de Concentración Representativas (RCP, por sus siglas en inglés) que es una trayectoria de concentración de gases de efecto invernadero (no emisiones). Estas se caracterizan por su Fuerza Radiactiva (FR) total para el año 2100 que oscila entre 2,6 y 8,5 W/ m2.

Las cuatro trayectorias RCP comprenden un escenario en el que los esfuerzos en mitigación conducen a un nivel de fuerza muy bajo (RCP2.6), 2 escenarios de estabilización (RCP4.5 y RCP6.0) y un escenario con un nivel muy alto de emisiones de GEI (RCP8.5).


 













Una de las características más evidentes del clima es su continuo estado cambiante a diferentes escalas espaciotemporales, que es lo que se denomina variabilidad natural del clima, sobre la que interviene de manera cada vez más activa el hombre con la modificación de la composición de la atmósfera. De hecho, el clima terrestre es el resultado de la evolución de los diferentes sistemas naturales durante millones de años; en este sentido, la reconstrucción histórica ayuda a comprender los factores que han intervenido en su configuración y a desarrollar herramientas para prever posibles tendencias futuras.

 

 La comprensión y caracterización del comportamiento de los climas presentes y pasados en las diversas épocas históricas, con sus características y fluctuaciones, así como la influencia que estas ejercen sobre los ecosistemas y las actividades humanas, es esencial para el conocimiento del sistema climático y de sus cambios. Por otro lado, no es suficiente describir el clima mediante los valores medios de los elementos climáticos, se requiere también conocer la oscilación entre los valores extremos, causantes de los eventos climáticos más catastróficos, lo que implica determinar la variabilidad natural del clima, es decir, descubrir entre que valores se mueven las variables climáticas en cada período histórico.

 

Con la paleoclimatología se trata de estudiar cuáles han sido los climas pasados y su evolución a través de los tiempos, haciendo uso de las huellas de su influencia en los ecosistemas, tanto las que quedaron marcadas directamente en los propios ecosistemas como las que fueron reflejadas por el hombre en todo tipo de documentos escritos. En España se han realizado, y se siguen realizando, valiosos estudios paleoclimatólogicos de suelos, fósiles, anillos de los árboles, pole, etc.

 

En la actualidad, los responsables de planificar y establecer estrategias y políticas para la lucha contra los efectos y causas del cambio climático necesitan disponer de herramientas de evaluación e información lo más precisas posibles sobre estos aspectos.

 

En el IE5 (Quinto Informe Evaluación) del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) se reconoce que el calentamiento del sistema climático global es debido en su mayor parte a causas antropogénicas y además concluye que los datos disponibles disipan cualquier duda acerca de que el clima está cambiando. Las observaciones muestran un aumento de temperatura en el aire y en el océano, del ritmo de deshielo de los glaciares y capas de hielo y una elevación del nivel del mar. Durante los últimos 100 años, la superficie de la Tierra se calentó en una media de 0,74 º C, y el ritmo de calentamiento se aceleró desde la década de 1970. De hecho, los 15 años más cálidos registrados a escala global han tenido lugar durante los pasados 30 años.

 

Europa se calentó en promedio aproximadamente 10 º C en el último siglo, a un ritmo mayor que la media global, y España se quedó en promedio más que la media europea (entre 1.2 º C y 1.5 º C). Así, durante el siglo XX, y particularmente en su último tercio, las temperaturas en España han aumentado de forma general, siendo este efecto especialmente acusado en la primavera y en el verano. Desde 1850 hasta 2003, las medias anuales de las temperaturas máximas y mínimas diarias aumentaron, respectivamente, a un ritmo de 0, 12º C/década y 0, 10º C/década. A escala continental, regional, y de cuencas oceánicas, se han observado además numerosas alteraciones en el clima a largo plazo, incluyendo cambios generalizados en las cantidades de precipitación, en la salinidad de los océanos, en los patronos de viento, y en aspectos de extremos atmosféricos, como la frecuencia de sequías, lluvias torrenciales y olas de calor, o la intensidad de los ciclones tropicales.