1. Temperatura máxima
• Para la España peninsular, considerando todas las proyecciones generadas para el período (2081-2100), las variaciones en la escala anual tenderían a estar comprendidas entre 4.2 º C y 6.4 º C bajo el escenario más emisivo, RCP8.5, entre 3.0 º C y 4.0 º C bajo el escenario RCP6.0 y entre 2.0 º C y 3.4 º C bajo el escenario
RCP4.5. Los cambios esperados en el verano son superiores al resto de las estaciones, con medias superiores a los 5 º C, apreciándose mayor incertidumbre debida tanto a los modelos como a las técnicas de regionalización.
• Atendiendo a la distribución espacial del cambio medio de esta variable para finales de siglo, se observa que los aumentos pueden ser mayores en el interior y menores en el norte y noroeste peninsular. En consonancia, se tendrían incrementos mayores en las grandes cuencas y menores en las cuencas de Galicia costa y del Cantábrico occidental.
• Se observa un aumento en la evolución del número de días cálidos a lo largo del siglo XXI para los tres escenarios analizados en la España peninsular, Baleares y Canarias. Para finales del siglo XXI, a nivel de la España peninsular, se espera que la proporción de días cálidos se incremente en casi un 50 % (con una pinza entre el 34 % y el 58 %) para el escenario más emisivo (RCP8.5), mientras que para el escenario de estabilización RCP4.5, este aumento estará en torno al 24 % (con una pinza entre el 14 % y el 31 %), observándose un aumento de la incertidumbre a lo largo del siglo. El incremento se manifiesta en todas las comunidades, aunque el ritmo de crecimiento es distinto entre ellas.
• Respecto a la duración de las olas de calor, existe
concordancia entre todas las proyecciones y técnicas de regionalización en las
que las olas de calor serán más largas, siendo el incremento más acusado en el
escenario más emisivo (RCP8.5) y a finales del siglo XXI. La mayor dispersión
en la magnitud de su variación entre proyecciones, inducida en parte por las
técnicas de regionalización, da lugar a un aumento de la pinza de valores
probables para finales de siglo, donde, en promedio, la duración de la ola de
calor más larga tendría entre 15 y 50 días más que su promedio en el período de referencia a
nivel de España peninsular. La magnitud del cambio de este índice difiere de
unas comunidades autónomas a otras, con cambios menores en Galicia, comunidades de la
cornisa cantábrica y La Rioja, y cambios mayores en Murcia, Baleares y sobre
todo en Canarias.
cambios menores en Galicia, comunidades
de la cornisa cantábrica y La Rioja, y cambios mayores en Murcia, Baleares y
sobre todo en Canarias.
2. Temperatura mínima
Para la España peninsular, considerando todas las proyecciones generadas para el período (2081-2100), estas variaciones tenderían a estar comprendidas, para la escala anual, entre 3.7 º C y 5.5 º C bajo el escenario más emisivo (RCP8.5), entre 2.7 º C y 3.1 º C bajo el escenario RCP6.0 y entre 1.7 º C y 2.9 º C bajo el escenario RCP4.5. En el análisis estacional se aprecia un aumento progresivo de los valores de las temperaturas mínimas a lo largo del siglo XXI, más rápido para las estaciones de verano y otoño y para los escenarios más emisivos. El cambio en valores medios de finales de siglo y bajo el escenario RCP8.5 estaría entre 4.8 º C y 6.8 º C en el verano.
• Atendiendo a la distribución espacial tanto en la escala anual como estacional, se prevé incremento de temperaturas mayores en el interior y en el este peninsular y menores en el norte; siendo también más acusado el aumento en el interior que en las costas. Se observa un aumento de la incertidumbre con el alcance de la proyección. En consonancia, la cuenca hidrográfica que muestra un calentamiento menor es Galicia costa y las mayores son las que se ubican en la parte oriental, aumentos más acusados en el método de regresión y más suaves en el método dinámico.
• El cambio en el número de noches cálidas en la España peninsular muestra, en líneas generales, un aumento progresivo a lo largo del siglo XXI, más rápido bajo el escenario RCP8.5, siendo el aumento más pronunciado para Canarias, existiendo mayor concordancia entre las técnicas utilizadas.
Solo los dos archipiélagos, el balear y el canario, y la región de Murcia y, por consiguiente, la cuenca del Segura, tienen sus distribuciones más desplazadas hacia valores superiores. En el análisis estacional, para las técnicas estadísticas, se observan incrementos menores durante el invierno y la primavera. En el verano y otoño, las anomalías medias respecto al período de referencia de finales de siglo y bajo el escenario RCP8.5 se encuentran entre 10 y 50 días.
• Para España peninsular, se observa una disminución del número anual de días de helada con una evolución muy similar entre los escenarios hasta 2050 y un descenso más pronunciado para el escenario más emisivo (alrededor de los 26 días en los métodos estadísticos y 40 días en la regionalización dinámica). Por comunidades autónomas, prácticamente no se aprecian cambios en ambos archipiélagos, localizándose las variaciones menores en las comunidades del norte, Comunidad Valenciana y Murcia, todas ellas zonas costeras y con pocos días de heladas; y las variaciones mayores en Castilla León y Aragón.
3. Precipitaciones
Para el caso de España peninsular, la concordancia en el sentido que se produciría el cambio es menor que para las temperaturas, por lo que las conclusiones son menos sólidas, pudiéndose apreciar ligeras disminuciones a lo largo de la segunda mitad del siglo
Las incertidumbres asociadas a los modelos y técnicas de regionalización predominan sobre la incertidumbre asociada a las emisiones, en contraposición al caso de las temperaturas donde la incertidumbre asociada a los escenarios domina sobre las otras incertidumbres de los modelos. Este mismo comportamiento se aprecia en la evolución esperada de las precipitaciones estacionales, aunque con incertidumbres mayores que las obtenidas para el caso anual.
• Analizando la magnitud del cambio de las precipitaciones, se espera una reducción de las precipitaciones medias en la España peninsular para los últimos veinte años del siglo XXI, con valores relativos a los del período de referencia (1961-1990) entre un 16 % y un 4 %. En la primavera esta reducción estaría entre el 24 % y el 0 % mientras que en el otoño la pinza iría del –4 % al 4 %.
• En el invierno, la mayor concordancia en el sentido del cambio entre proyecciones se obtiene en el sur y el Levante, junto con los dos archipiélagos; siendo en las cuencas hidrográficas de estas zonas, donde se esperan las reducciones relativas más importantes. Por ejemplo, en las Cuencas Mediterráneas Andaluzas, los cambios relativos proyectados estarían entre –18% y –38% para finales de siglo y bajo el escenario más emisivo (RCP8.5).
• En el verano, a pesar de las diferencias entre los métodos de regionalización, se aprecia que los descensos mayores se localizan en la parte sur peninsular y en el extremo noroeste de la Península, con acuerdo en que se produzca una reducción de estas en Galicia, con disminuciones relativas que estarían entre el 6 % y el 42 % para el final del siglo y para el escenario más emisivo. En las precipitaciones otoñales, se observan algunas diferencias entre los métodos utilizados, con concordancias menores en el sentido en el que se produciría el cambio en el cuadrante nordeste peninsular y algunas zonas del interior.
• El número medio de días de precipitación anual muestra un comportamiento un tanto independiente de los escenarios, con una tendencia a la disminución. Más del 80 % de las proyecciones apuntan a un decrecimiento para la España peninsular en el período (2081-2100) y para el escenario RCP8.5, pudiendo haber, en promedio, hasta 14 días menos de lluvia al año que en el período de referencia con los cambios mayores en Galicia.
• La longitud del período seco muestra ligeros incrementos en la España peninsular para el RCP8.5 y el último período del siglo XXI. Prácticamente todos los métodos y proyecciones dan valores superiores a los del período de referencia, pudiéndose incrementar, en promedio, entre 1 y 11 días; con los aumentos mayores localizados en la mitad sur y en el este peninsular y en Canarias.
4. Nubosidad
• La nubosidad presenta, para toda España y en todas las estaciones, salvo en la mitad norte peninsular y la zona mediterránea en el invierno, un ligero descenso progresivo a lo largo del siglo XXI; más acusado en el escenario RCP8.5, con variaciones del orden del 5 % a finales de siglo.
5. Evapotranspiración real
• La evapotranspiración real media de España peninsular presenta en todas las estaciones, salvo en la primavera, un ligero descenso progresivo a lo largo del siglo XXI y para el escenario más emisivo, RCP8.5, con variaciones anuales del orden del 25 % y estivales del 40 % a finales del siglo XXI.
• El patrón espacial de evapotranspiración real, del mismo modo que el de la escorrentía, viene condicionado en gran medida por el de la precipitación. La disminución relativa de la evapotranspiración real va siendo menos clara al desplazarse de sur a norte, con algo de aumento en zonas pequeñas de los grandes sistemas montañosos del extremo norte peninsular. Con todo, en el invierno y el otoño, hay un aumento de la evapotranspiración real en la parte norte peninsular y una disminución en la parte sur, con predominio de la primera sobre la segunda en el invierno. Los aumentos mayores se localizan en las áreas montañosas, especialmente del norte, extendiéndose más hacia los sistemas del sur en el invierno. En estas zonas montañosas es donde la incertidumbre es también mayor.
6. Escorrentía
• La escorrentía presenta, en líneas generales, valores más bajos que en el período de referencia con disminuciones más acusadas bajo el escenario RCP8.5 y para el verano. Del mismo modo que en la precipitación y la evaluación real, se alcanzan las disminuciones mayores a finales de siglo. Ambas variables muestran una variabilidad conjunta con oscilaciones decenales. Existe concordancia no signo do cambio entre os modelos, salvo no invierno. Con todo, la dispersión del cambio relativo es apreciable como consecuencia de las diferencias entre ellos. Las incertidumbres son algo inferiores a los cambios esperados en toda España, salvo la zona del este y en el invierno donde son mayores.
7. Velocidad media y máxima del viento a 10 metros
El cambio que puede producirse en la circulación general en el hemisferio norte para finales de siglo parece repercutir en una cierta disminución, tanto en el viento medio como en el viento máximo, en el otoño y en gran parte de España y en un aumento en el período estival, con un posible fortalecimiento del efecto del canal del Estrecho de Gibraltar. Este fortalecimiento se manifiesta en un aumento de la velocidad del viento en todas las épocas del año en la zona de influencia.