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ESCENARIOS CLIMÁTICOS

3. EL CLIMA ACTUAL Y SU TENDENCIA

3.5. Algunos ejemplos de eventos extraordinarios

 En la memoria de muchos gallegos se conserva el recuerdo del ciclón Hortensia que azotó la costa gallega los primeros días del mes de octubre de 1984. En esas jornadas, un ciclón de latitudes tropicales comenzaba a describir un caprichoso recorrido sobre el Atlántico norte hasta quedar absorbido por el flujo circulatorio zonal de poniente de latitudes medias, transformándose en una activa borrasca. Los registros de la época recogen valores superiores a los 40 mm diarios de media y golpes de viento que superaban los 150 km/h en diversos puntos del litoral noroccidental. En todo caso, el recuerdo de precipitación en 24 horas, dentro de las estaciones principales de la red de AEMET son los 218 mm recogidos el 14 de octubre de 1987 en Santiago de Compostela.

 

La ciclogénesis explosiva: Este es un proceso violento que se produce con relativa frecuencia en latitudes medias. Un fenómeno que se asocia a profundizaciones de borrascas en superficie sobre zonas oceánicas abiertas del Atlántico Norte. Estos procesos de profundización de bajas presiones se organizan en ocasiones 
de forma súbita y explosiva, de tal manera que la baja en superficie se profundiza en 24-48 horas, otorgándole el carácter explosivo al proceso de ciclogénesis.

 

En estas condiciones, el tiempo en superficie es muy adverso en la zona afectada. Afortunadamente, muchas de ellas se desarrollan en el mar, pero otras pueden hacerlo en zonas habitadas del litoral, e incluso afectando a zonas de interior. En algunas ocasiones, los efectos directos de alejadas borrascas muy profundas se dejan sentir a grandes distancias. Más de una vez se han sentido en Galicia olas de 5-7-9 m., generadas por borrascas intensas y explosivas que se han desarrollado en ámbitos distantes del Atlántico Norte. Galicia sufrió este tipo de fenómenos en fechas recientes.

 

Durante el año 2010 los valores del índice de la Oscilación Ártica alcanzaron mínimos históricos, estableciendo un patrón circulatorio caracterizado por una acusada circulación meridiana que implicó un descenso latitudinal en la trayectoria del tren de borrascas atlánticas. Este descenso en bloque estableció una amplia zona de inestabilidad baroclínica, dando pie a una inusual actividad ciclogenética. En este contexto circulatorio regional, durante los días 24-28 de febrero de 2010, una intensa borrasca extratropical se gestó al oeste de los archipiélagos de Azores y Canarias, sufriendo un proceso de ciclogénesis explosiva".

Precisamente, un elemento precursor muy importante en este tipo de desarrollos explosivos lo constituye la entrada de aire estratosférico en niveles inferiores, lo que, entre otros aspectos, confiere al sistema una gran vorticidad potencial. Esta borrasca o ciclón extratropical se bautizó con el nombre de "Xynthia". En la estación de Lardera (1620 m de altitud) en Carballeda de Valdeorras se alcanzaron esos días los 196 km/h y en casi una decena de estaciones de la red de Meteogalicia se superaron el 140 km/h. Una situación similar ya había acontecido unos días antes con la borrasca Flora. Y en enero del año anterior la depresión Klaus azotaba nuestras costas con efectos similares.

 

 

 

Recordar a todos/as que la gestión de la incertidumbre impone un cambio de paradigma. Resulta esencial comenzar a recorrer el camino ante los desafíos futuros. Una estrategia basada en acomodar nuestras necesidades a los límites de la naturaleza, adaptando las formas de uso y explotación del planeta desde una perspectiva más justa y solidaria.