Según Naciones Unidas, las ciudades contribuyen y se ven afectadas por el cambio climático. Las ciudades son responsables de más del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero mundiales a la vez que ocupan sólo el 2% de la superficie de la tierra. Es probable que esta tendencia continúe en el futuro y la mayor parte del crecimiento de la población tendrá lugar en las ciudades. De hecho, más de la mitad de la población mundial vive en estos momentos en ciudades y las previsiones apuntan a que esta cifra aumente a más de dos terceras partes para 2030.
Al mismo tiempo, los efectos del cambio climático, como el aumento del nivel del mar y fenómenos meteorológicos extremos pueden repercutir negativamente en la infraestructura urbana y en las personas que habitan en asentamientos vulnerables y de manera más amplia en el crecimiento económico.
Las propuestas de ocupación y distribución en el
territorio urbano de los distintos usos y actividades -viviendas, equipos
sociales, actividades económicas, servicios, infraestructuras, etc.- deben
tener en consideración las características actuales y futuras del clima y los
efectos del cambio climático, de forma tal que, la estructura y el metabolismo
urbano estén plenamente adaptados a las condiciones cambiantes del clima. La
construcción se enfrenta a importantes riesgos por efecto del cambio climático
(daños a materiales y estructuras, mayores costes de mantenimiento, pérdidas de
valor de activos inmobiliarios, etc.), pero también se abren oportunidades a través de la
introducción de nuevos materiales y técnicas constructivas, el desarrollo de
diseños adaptados a las cambiantes condiciones climáticas y la adquisición de
ventajas competitivas derivadas de la adaptación al cambio climático, por lo que
este sector es uno de los ámbitos clave para la adaptación de la sociedad. Ver la siguiente
infografía: https://www.adaptecca.es/microsites/medio-urbano/